Película: La calle de la amargura
Director: Arturo Ripstein
Duración: 139 min
País: México
Año: 2015
La película es sobre dos prostitutas de la tercera
edad que se involucran con dos luchadores enanos. El encuentro de estos últimos
con las prostitutas en un hotel termina en tragedia. Las prostitutas dan a parar
a la cárcel y los luchadores mueren.
Me remitiré a tres aspectos que me llamaron la
atención.
El primero es sobre el color azulado que percibí
en toda la película, puesto que se dotó a ésta de un tono que se aleja del
convencional uso del color y el blanco/negro. Puedo decir desde mi perspectiva
que el director decidió alterar de esta manera la película para darle mayor
dramatismo. No sé sobre este cambio de formatos en el tono, pero me imagino que
se logran al manipular niveles en la cámara, poniendo filtros a la lente o se
hace en la edición posterior a la grabación.
El segundo aspecto son dos cosas que van de la
mano en esta película, por un lado la iluminación y por el otro los lugares
donde se desarrollan las situaciones.
La historia se desarrolla en barrios pobres de la ciudad de México. Pero lo
interesante de las locaciones es que son vecindades que dan la apariencia de laberintos.
Algo que me agradó fue que la luz del sol se colaba por los techos rotos,
generando una penumbra constante lo que generaba la sensación de que los
personajes están atrapados.
Como es bien sabido las vecindades cuentan con lugares
comunitarios para realizar actividades de la vida cotidiana, como lavar ropa. Estos
sitios se vuelven punto de encuentro para vecinos y familiares, por lo que los
conflictos son constantes y el hecho de que las escenas estén plagadas de
claroscuros es un buen recurso para acrecentar la tensión de estas situaciones.
Además de que se ve un buen tratamiento en los movimientos de cámara.
Por último, la cuestión de los personajes y la
actuación. Antes que nada tengo que decir que el trabajo de Patricia Reyes
Spindola, Nora Velázquez, Sylvia Pasquel, Alejandro Suarez y Alberto Estrella, no
me es ajeno, puesto que conozco de su labor artística en otras películas. Pero
lo que me causa conflicto es que ya no considero tan fuerte el impacto de la
actuación de estas personas, debido a que en cierta medida ya estoy
acostumbrado a su trabajo actoral y más que nada porque tengo la idea de que al
retratar estas realidades sociales tan delicadas se necesita darle más
protagonismo a gente que de verdad se encuentre inmersa en estas problemáticas.
No quiero demeritar la labor artística
de estas actrices y actores, ni quiero decir que una película documental
sobrepase a este tipo de películas, puesto que también los documentales sólo
muestran lo que el director quiere que veamos, sólo quiero exponer algunas
ideas que me han surgido estos últimos meses en lo que se refiere a la
actuación y el cine. Siguiendo con esto quiero también mencionar que en la
película se pueden observar varios extras o actores no profesionales, los
cuales denotan naturalidad al realizar sus actividades frente a la cámara, por
ejemplo en algunas escenas se pueden apreciar, unas prostitutas recargadas en
la pared esperando clientes, trabajadores de un mercado moviendo su mercancía y
gente bebiendo en un bar. La presencia de famosos y reconocidos actores junto a
estos “no-actores”, me causa cierta inquietud, porque a grandes rasgos pienso
que se podría hacer una película más sincera usando gente que esté inmersa en
esas situaciones en vez de usar las ya conocidas glorias del cine mexicano. Lo
que planteo no es quitar la posibilidad de que actores profesionales realicen
este tipo de personajes, ni tampoco lo que digo es algo nuevo, puesto que el
uso de actores no-profesionales se remonta a los mismos orígenes del cine o si
se quiere también a las famosas películas del movimiento denominado
neorrealismo italiano, pero lo que quiero expresar es que pienso que para ser
lo más efectivo en tratar de manera cruda estos temas, uno de los recursos sería
el plantear una historia en donde los personajes sean personas que en verdad estén
pasando por esas situaciones.
Si se quiere grabar una historia de dos prostitutas, ¿Por qué no optar por usar
dos prostitutas de verdad?
El trabajo de Arturo Ripstein me agrada mucho, es uno
de los cineastas mexicanos que considero que se debe de ver con detenimiento,
pero en esta película encontré muchos lugares comunes y se me hizo predecible.
Hasta aquí mi aportación.