ENCUENTROS EN EL FIN DEL MUNDO

Un gran cineasta debe sorprendernos, mostrándonos el mundo que tenemos alrededor, es increíble las cosas que tenemos en esta vida, que nos rodea y que somos capaces de percibir, Werner Herzog nos adentra en el mundo frío de la Antártida, y nos hace reflexionar sobre este mundo tan extraño que tiene la propia naturaleza como los icebergs o las extrañas criaturas como los pingüinos o aquellas que se encuentran en las profundidades del mar. Herzog reflexiona sobre las catástrofes que ha ocasionado el hombre frente a la naturaleza y la reacción que ha tenido ésta frente al cambio climático, como por ejemplo el calentamiento global que están afectando a todos. Herzog nos hace pensar en una posible extinción del ser humano y sobre la batalla que tiene por sobrevivir a este mundo. Es increíble el manejo de la iluminación y la fotografía que tiene el film de Herzog para mostrarnos este gran mundo que nos rodea. Al igual que otros documentales de Herzog como Grizly Man o la Cueva de  los sueños, hace que el espectador reflexione sobre el pánico pero a la vez sorprende con sus imágenes. En esta gran aventura el cineasta y su equipo conviven con los científicos que trabajan en el continente helado. Pero también nos enseña un enfoque diferente si en Grizly Man nos enseñaba acerca de la crueldad de la naturaleza pero justa, en este documental nos enseña las maravillas que podemos encontrar y la catástrofe que ha ocasionado los seres humanos para causar su propia extinción, si el hombre le había hecho daño a la naturaleza esta regresaría prácticamente para vengarse de nosotros ocasionado un fin del mundo. Sin duda este documental que a pesar de tener una reflexión cruel, sorprende mucho con sus imágenes y el uso de la luz natural.

“Encuentros en el fin del mundo” es otra muestra más en la gran reflexión herzogiana sobre nuestra forma de vida. Pero lo mejor es que lo hace de una forma absolutamente amena, hasta el punto de que, cuando el visionado del documental termina, hemos tenido la sensación de haber atisbado no sólo un viaje colosal (por más que los modernos medios de transporte le hayan hecho perder parte de su atractivo), sino también de habernos asomado a una parte extraña que se alberga en nuestro interior, y que nos hace sentir envidia del puñado de seres a los que entrevista y que parecen los más felices del mundo, nostálgicos de una frontera que ya ha desaparecido, y en la que ya sólo queda sitio para los estúpidos récords que rellenan el libro Guinness.

Es sorprendente como en la mayoría de los documentales y obras cinematográficas de Herzog nos hace reflexionar sobre la vida, la muerte y la batalla del ser humano por sobrevivir, sus films nos enseñan sobre lo despiadado que es el mundo, pero a pesar de eso nos sorprende con su imagen cinematográfica ¿cómo es posible encontrar cosas tan fantásticas en este mundo tan cruel que tenemos por el ser?, esas cosas tan fantásticas que emergen en el mundo y que ponen en equilibrio al ciclo de la vida y que han sorprendido a los hombres que están interesados por estudiar estos fenómenos  y estos seres extraños y naturales, ¿por qué los seres humanos están interesados en simular este gran mundo mediante la invención y construcción de enormes máquinas para sustituir la belleza natural?.

La naturaleza inclemente de forma grandiosa que pone verdaderamente a prueba al ser humano, y que se cobrará más pronto que tarde su venganza extinguiéndole, también está, evidentemente, presente.

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