miércoles, 4 de septiembre de 2019

Once Upon a Time in Hollywood, Tarantino 2019

Sobre esta película, podemos decir que es un trabajo impecable en aspectos técnicos. Únicamente nos concentramos pues en la película y su historia. Ninguna película de Quentin Tarantino me había hecho sentir algo de miedo por los personajes, tensión sí, risas sí, pero miedo nunca. Es una parte especifica, cuando Cliff entra en la comunidad de Charles Manson. Utiliza el único miedo real que tiene validez para mí en las películas y en las historias: la sociedad, un grupo descarriado de gente con ideologías bastante peligrosas para todos. No se sabe lo que una sociedad enferma puede hacer, ni qué tanto las ideas pueden guiarla por caminos erróneos. 
En la película los fanáticos de Manson mencionan "debemos matar a quienes nos han enseñado a matar", refiriéndose claro, a los cineastas de Hollywood. Una crítica a los medios populares cinematográficos que podrían considerarse "clasicos" y por supuesto al cine de Tarantino, cuya violencia es característica. Esta forma de referirse a él mismo, nos hace conscientes de la injerencia que tienen las películas en la sociedad, y su actuación moldeadora de pensamiento, misma que a mi forma de ver, Tarantino se pasa por el arco del triunfo y se mofa de la manera cómica y violenta a la que nos tiene acostumbrados.  
Esta forma de violencia cómica y explícita me parece justificada en su historia, pues como he mencionado anteriormente, utiliza el miedo, siendo más específico un suspenso tenebroso que nos hace temer por personajes ficticios en escenarios reales. Cliff Booth (Brad Pitt) es un doble en películas de acción que sabe defenderse muy bien, es un hombre "frío" que se rumora mató a su esposa, sin resentimiento alguno. Pelea con Bruce Lee y parece capaz de vencerlo sin mayor problema, resultando incluso un encuentro cómico que deja en lo ridículo a la figura del maestro en artes marciales. Pero cuando Cliff se topa con otra parte de la realidad, los seguidores de Charles Manson... realmente empezamos a temer por la vida del personaje y es (donde considero) que inicia el conflicto real, pues todo lo anterior es la vida de un actor de hollywood con su carera en decadencia, junto con su doble de acción. 
Vemos pues, una postura crítica que resulta como una consecuencia social que se enfrenta al cine de Tarantino y su violencia, junto con el cine de Hollywood que tiende a romantizarla. Esta postura crítica que responsabiliza a los medios y que justamente podemos encontrar en la realidad (En Estados unidos tiene una gran vigencia) se ve reducida a gritos, sangre y muertes con lanzallamas. 
Me parece una forma irónica y cínica de tratarla, pero a su vez, algo cierta. Con esta resolución violenta a esa postura crítica, Tarantino nos recuerda que lo que él hace es cine, que el cine es ficción, una mentira con la cual podemos escapar de la realidad y desapegarnos de ella aunque sea por unas horas. Descarta una responsabilización sistemática de la violencia, deja en claro que los actos violentos no son culpa de los videojuegos (Como señala Trump) ni del cine, ni de la música, ni de la literatura, ni de las series, sino únicamente de la sociedad que decide hacerla y que cuando se trata de defendernos a nosotros mismos de acusaciones arbitrarias e ingenuas, podemos tomarnos el tiempo de ser creativos y responderlas con la misma escencia por la que se nos acusa. 
A través de personajes ficticios, Tarantino ridiculiza la violencia real, dejándole saber que sólo debemos tomarla, consumirla, efectuarla y celebrarla en la ficción. 

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