Ripstein retrata la vida sin sentido,
chillante y monótona de una ama de casa que no conforme con su vida clase
mediera se esmera en superarla sedando este cotidiano a través del placer, este
sedante lo encuentra en su amante saxofonista que le otorga lo que busca pero
el placer siempre será efímero y se desgasta, algún día este no funcionará más.
Es aquí cuando el personaje principal Emilia sucumbe a terminar con su vida, de
esta forma logra uno de sus motivos más deseado que es la atención de su
amante.
El personaje de Emilia se basa en
un arquetipo ya impuesto por Flaubert en Madame Bovary, Ripstein lo retoma para
dibujar a una Emilia sucumbida en la apatía con diálogos que retoman esta
situación constantemente podemos ver como una simple acción como subir a lavar
ropa a la azotea puede convertirse en uno de los peores martirios por los que
atraviesa la actriz.
Uno de los recursos que destaca
en la narrativa es el uso del formato en blanco y negro, este recurso nos remonta a los dramas del cine
de oro de mexicano , y en este caso es
perfecto para crear tensión y apatía al espectador.
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