Bresson y el Encuentro.
Para comprender el cine de
Robert Bresson debemos plantearnos una simple pregunta ¿Qué es lo que realmente
capta la mirada ordinaria? Bresson veía al cine como un teatro filmado, durante toda su carrera podremos
observar un proceso de despojamiento continuo que busca construir un discurso
de absoluto ascetismo. Para denotar este continuo
despojamiento, según Jacques Aumont, en el cine de Bresson prevalecen dos
conceptos importantes, la figuración y el encuentro acompañados de la búsqueda
de su propia verdad. Tratemos el primer concepto, la figuración que para
Bresson es simplemente la idea de una mano que modela, según Zizeg ‘’es dar
forma a la copia del modelo que es su figura’’ con esto, cada fragmento de
película estará destinado a constituir un acontecimiento en sí mismo.
Como el modelado de materiales tangibles Bresson modela el cine, alejándose
de la dramaticidad para la búsqueda la verdad misma, aunque la verdad
Bressoniana posiblemente carezca de sentido dentro de lo que el consideraría
como real ya que su verdad no tiene una significante concreta.
Bresson nombrará a estos devenires
o intermitencias sobre el modelado de la verdad mediante una cierta figuración
como ‘’el encuentro’’. Con esto define el trabajo del cineasta como una
constante provocación de identificar el encuentro con el espectador y este
encuentro solo existe a través de la obra misma.
El cinematógrafo
es el cine depurado, porque su principal tarea es no poner trabas a esa manifestación
de lo real: no hay que atravesar de intenciones ese camino hacia la expresión
de lo real. El hombre del cinematógrafo carece de intenciones (su intención es
la ausencia de intenciones) (Aumont,2008)
Entonces
podemos comprender el cine de Bresson como la constante búsqueda de la manifestación
de su propia verdad, mediante el encuentro con el espectador, como un mensaje
depurado y naturalista dónde cada imagen solo tiene sentido en función de todo
el contenido del film, alejado de la dramaticidad pero enfatizando la mirada
ordinaria.