Director: Jean-Luc Godard
Año: 1967
Duración: 1h 45m
Esta película se centra en historias relacionadas con la vida diaria, se ocupa de personajes comunes, rueda a campo abierto en escenarios naturales apenas retocados, se sirve de la iluminación natural y construye las obras como una secuencia de historias yuxtapuestas a la manera de un "collage". Ademas, se ve un color muy saturado en las escenas.
Los episodios vienen marcados por la descortesía, el lenguaje grueso, la hipocresía y la violencia verbal y física, que usan en sus relaciones habituales los personajes de la película. A ello se añaden accidentes de coches, el asesinato a sangre fría y la presencia de unos extraños revolucionarios.
A Godard lo que le interesa es mostrar un retablo artístico que sirva como plataforma para expresar sus ideas, para que luego sea el espectador el que decida o no asimilarlas.
La primera secuencia ya es una buena muestra de los intereses que refleja el filme. En ella vemos a una pareja de burgueses contar sus intimidades. La conversación que mantienen va subiendo de tono y ahí Godard pretende escandalizar al espectador.
Los visibles movimientos de la cámara, un travelling paralelo a los coches del atasco, o el movimiento en círculo, en un ángulo de 360 grados, son parte de una consciente voluntad de Godard por hacer ver al espectador la artificialidad del lenguaje cinematográfico.
La historia narra el viaje atormentado de una pareja de burgueses, Roland y Corinne, desde la miseria moral de su vida cotidiana hasta un paraíso muy peculiar. El propósito mezquino de su aventura es visitar a los padres de Corinne para arrancarles parte de la herencia. La hipocresía de la moral burguesa queda puesta de manifiesto en el plan que elaboran para asesinarlos.
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