jueves, 24 de marzo de 2016

Andrei Tarkovski - Cap. / La imagen cinematográfica - Sobre el tiempo, el ritmo y el montaje - Esculpir en el tiempo.


Andrei Tarkovski - Capítulos /


La imagen cinematográfica

En este apartado Tarkovski nos habla de que la imagen tiende hacia lo infinito y absoluto.
En el caso de la imagen artística, el autor ruso comenta que, se debe expresar del modo más adecuado posible la idea del autor, su tendencia hacia un ideal, es decir que las imágenes que existen sirvan para expresar la vida misma y no ideas o conceptos de la vida.

Tomando como inicio esta postura del cineasta ruso, él pone a la vida como única e inconfundible, la cual es recogida por el artista y la configura de manera que sea sinceridad plena, en un sistema de imágenes, que son a su vez ecuaciones determinadas que expresan la verdad y la consciencia del autor, ya que al no poder percibir el universo en su totalidad, la imagen es capaz de expresar esa totalidad.

En el caso del cine, la imagen se basa en la capacidad de expresar como observación la propia sensación de un objeto. Es por eso, que la imagen debe de tener el efecto recíproco de elementos antagónicos, cuyo sentido fluye de uno al otro, como en los vasos comunicantes y cuando cualquiera de sus elementos, sea separado de los demás, está muerto. Por lo que si en el cine, el espectador ve las intenciones del director y comprende con precisión, porque se lanza a una acción “expresiva” necesaria, de inmediato el espectador deja de revivir emocionalmente el acontecimiento que se muestra en pantalla. Esto en resumidas palabras quiere decir, que una imagen sólo pretende generar recuerdos de la verdad siendo la expresión más completa de lo típico y  que a la vez es tanto más individual y única cuanto mejor expresa lo típico.

Para concluir y poniendo en conjunto los párrafos anteriores, Tarkovski, dice que el ser humano sitúa a la obra de arte en sus propias conexiones vitales y lo une con determinadas fórmulas de pensamiento, para después generar el camino más breve entre lo que se quiere decir o expresar, y lo realmente producido en la imagen finita, esto es una de las tareas más costosas en un proceso de creación.


Sobre el tiempo, el ritmo y el montaje


En este otro apartado, Tarkovski dice que la imagen fílmica tiene un carácter sintético.
Es decir, que ésta se encuentra determinada por el ritmo, que produce el flujo del tiempo, dentro de una toma. Para esto, se debe hacer uso del montaje, el cual, coordina planos y se debe tener en cuenta que dentro de cada plano existe un ritmo de tiempo, por lo tanto el montaje es la estructura generada a partir del ritmo de cada plano. Es aquí que el autor ruso propone que el montaje debe quedar anticipado antes del rodaje, y se debe determinar desde el principio el carácter de lo que se está rodando. Es entonces que el artista selecciona ese material, cómo fija esa materia – desde una sola toma – es lo que demuestra si el director tiene talento.

Siguiendo con estas ideas, Tarkovski habla que el ritmo de una película surge en analogía con el tiempo que transcurre en un plano, es decir, no por la duración de los planos montados, sino por la tensión del tiempo que transcurre en ellos.

Aquí Tarkovski, dice algo sumamente importante acerca de la sensibilidad en el director, la cual surge sí tras el acontecimiento visible se hace patente una vedad determinada e importante. Es decir, cuando fluye por encima de los límites del plano, vive en el tiempo sólo cuando el tiempo a la vez vive en ella. Por lo que, el modo de construir una imagen pasa a ser un fin en sí mismo. El director debe imponer un flujo de tiempo al espectador. Crear un flujo de tiempo propio, reproducir en las tomas su propio sentimiento del tiempo y llevar al espectador a ser parte de éste.


Esculpir en el tiempo

En este apartado nuestro autor agrega que, la coordinación de planos diferentes genera una ruptura del ritmo, pero si la coordinación viene dada por la vida interior de los planos que se montan, puede resultar imprescindible para lograr el ritmo de las imágenes. Por lo que él concluye que la sensibilidad temporal en la presión del ritmo de las partes montadas, debe ser un elemento de la percepción viva de un director. Es decir, que el montaje expresa la relación del director con su idea. Es a través del montaje que se da forma definitiva al modo de ver del mundo de un director.


Por último Tarkovski comparte una idea con la que cierro está síntesis, la cual dice:
Si un director de cine dice que está haciendo una película de compromiso para ir reuniendo fuerzas para aquella otra película con la que sueña, eso es un fraude – lo que es peor – se está engañando así mismo. Y en ese caso nunca rodará su película.

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