sábado, 13 de septiembre de 2014

Lo que en verdad da miedo
Manuel Parra
Un día por la noche miraba el canal de tv  Gold, el cual repetía continuamente su ciclo de películas de terror, una lista en la que todos los títulos recurrían constantemente a las palabras: terror, sangriento o muerte; como si los productores de las mismas no estuviesen seguros de la intención de sus filmes e intentaran por medio de estos calificativos convencernos de lo espeluznantes que debían ser. Entonces me pregunte ¿Por qué me  resulta más aterrador  el cortometraje cubano “Camionero” de Sebastián Miló, que esas películas de masacre y violencia gratuitas?
Caminero un cortometraje de 28 minutos, es capaz de estremecer por la veracidad y actualidad del tema (el bulling). La historia gira en torno a Randy, alumno de un internado, donde  se encuentra constantemente acosado por el bulling efectuado por Yerandy y sus amigos, sometiéndolo a toda clase de abusos y humillaciones, incluyendo las sexuales. Hasta que es ayudado por Raidel, quien mata a los abusadores; más que por defensa de Randy, lo hace por salvarse a si mismo de ocupar el sitio de este quien se ha suicidado. Tal vez de esto se trate el terror: de jugar con el subconsciente del público, convertir el miedo en realidad, en vez de simplemente atascar la pantalla de un montón de sangre y carne, recreando cualquier de carnicería.
Guzmán Urrero en su artículo “El terror en tiempos de cambio” dice:
Temores antiquísimos son los que laten detrás de las películas de terror. Miedos que, antes que el cine, recogió la literatura, y que la gran pantalla se ha encargado de actualizar…  Las épocas cambian y con ellas sus individuos por lo tanto las causas que les excitan y asustan se modifican con ellas. En la primera mitad del siglo XX el cine  de terror expresionista apelo a un estado inconsciente de la mente humana que fue sin duda rebasado por los horrores de la gran guerra, entonces los monstruos se quedaron de lado para ceder su lugar a criaturas que por su  estirpe aterraron aun más: los sicópatas.

Tal pareciera que la  guerra le quedo a deber una gran cantidad de sangra a la humanidad o ¿eran quizá los sentimientos de toda esa masacre los que solo se conciliaban por medio de las muertes  en la pantalla? Como sea que fuera los sicópatas se alimentaron en el mejor de los casos de las terribles pero ciertas historias de los asesinos seriales como Teb Bondi (1994) o la masacre en Texas (1974), y en los peores casos se alimentaron de los esteroides que Hollywwod les inyectaba. Pero en el terreno comercial ganaron las películas que dejaban poco a la imaginación de los espectadores y proscribieron la maestría de los filmes de Hiskcott, alienando a los públicos para que corrompieran sus gustos por la trama y el suspenso.

Bibliografía
Miló, S. (Dirección). (2012). Camionero [Película].
Urrero Peña, G. (s.f.). Recuperado el 10 de diciembre de 2013, de https://www.guzmanurrero.es/Cine-clasico/historia-cultural-del-cine-de-terror/Terror-en-tiempos-de-cambio.html

1 comentario:

  1. Efectivamente, la sangre, es un articulo corporal que ha dejado de ser moneda de cambio para la alteración de los sentidos. Los cuestionamientos que presentas ¿lograrían ser aumentados o resueltos por otros documentales o filmes?. De ser así, podrías compartir otros filmes que consideres terroríficos?

    ResponderEliminar