Esta película de 1962 dirigida por Jean Luc Godard nos habla de una chica que abandona a su familia para comenzar una carrera como actriz pero atraviesa un momento complicado, lo que la lleva a buscar sustento metiéndose en la prostitución.
Desde los primeros momentos se nos anuncia el final de la película, pero el encanto de la película no está en el final si no en cómo se cuenta la historia y en los pensamientos que tiene la protagonista Nana mientras pasa por todos estos momentos. Los planos son fascinantes pero de una forma muy sencilla. Me gustó esta película a pesar de ser un poco lenta.
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