Esculpir en el tiempo. La imagen cinematográfica

Stalker

Director: Andrei Tarkovsky

Año: 1979

Duración: 163 minutos

En este capítulo La imagen cinematográfica, Tarkovsky aborda el problema de la imagen artística, que tiene características que la definen como imperecedera. Aquella que traspasa tiempos y épocas y que a pesar de haber sido elaborada hace siglos, aun atrapa al espectador. Obras que se vuelven importantes por esa misma razón. Tarkovsky identifica que en estas imágenes hay rasgos de sencillez y de elementos tan típicos que las vuelven extraordinarias. Como si la mirada del artista no fuera de este mundo y viera esos elementos por primera vez, dotándolos de puntos de vista propios, de manera que nos parecen intrigantes. Atrapan nuestra mirada.  

Se trata no de describir sino dar nociones de lo que pasa, de no ser explícitos y dejar que actué la interpretación del espectador.

El artista, al expresar en sus obras situaciones sencillas, típicas, hace que la experiencia del espectador parezca más vívida. Es más real entre más sencilla, así como la vida llena de momentos ordinarios. Me recuerda por ejemplo a las películas de romance o de las princesas de Disney, que si bien generan fantasías y deseos, no producen una identificación, no cuestionan la propia vida.

Y sin duda pueden encontrarse aspectos significativos en las cosas pequeñas, si nos detenemos a ver podremos observar cosas distintas a las que nos hemos impuesto. Efectivamente, mirar con curiosidad como lo hacen los niños. Descubrir lo nuevo en lo establecido. Tal cual lo hace el arte.