Una imagen es… una impresión de la
verdad a la que podemos dirigir nuestra mirada desde nuestros ciegos ojos.
Buscar el sentido eterno de una imagen
va más allá de la pura observación, tiende hacia lo absoluto y lo infinito, se
inclina hacia la búsqueda de la verdad sobre la vida humana. Crear una imagen
que pueda dar a entender lo que el artista ve y quiere decir acerca del mundo
que lo rodea, debe pues ser del mismo modo, denotar la pureza de lo que nos
quiere comunicar.
Como al principio se mencionó la
observación es la parte primaria sobre la imagen, siendo esta más precisa se
puede acertar o acercar mayormente a la concreción de la imagen y que a su vez
sea una imagen para el mundo, pudiendo llegar a tocar fibras muy profundas.
Así pues, el espectador viendo la
magnificencia de la obra, puede vincularse de un modo u otro, al realizar la
introspección de un modo u otro siempre encuentra una identificación que haga
nexos con su memoria, creando una confrontación o por decirlo de manera burda
un golpe frente a frente con el ideario tanto del artista como del receptor.
La imagen es algo fantástico. En
cierto sentido es incluso más rica que la propia vida, en el sentido en que
expresa la idea de la verdad absoluta. Como se ha dicho desde hace mucho menos
es más, en este caso es lo mismo, cualquier creación tiende a la sencillez, a
una expresión sencilla en grado máximo, supone un tender a la profundidad de la
vida reproducida, al querer enfocarse aa conseguir una imagen finita no es una
tarea fácil.
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