Peter Greenaway (Director)
Estados Unidos, 1983
Neville un joven y egocéntrico artista es contratado por la Sra Herbert para producir una serie de 12 dibujos de distintos rincones de su propiedad, el contrato también incluye favores sexuales de parte de la dueña de la casa y su hija, cuando el dibujante se da cuenta de lo que realmente sucede en la casa, decide dejar pequeñas pistas en los dibujos y seguir con el contrato, sin darse cuenta que su estancia ahí era parte de lo acontecido y culminaría de la peor manera.
Es el ojo del director es quien se proyecta en el del artista buscando la perfección en el encuadre, observando hasta el mínimo detalle y plasmándolo en cada trazo, trata a la perspectiva en un sentido geométrico y psicológico para representar la verdad oculta; en sus interiores recalca los contrastes de color y en el exterior retoma los encuadres de un pintor clásico Ingles.
La escenografía se sujeta de la simetría y el estudio de la época, sin embargo, es inquietante la aparición de un hombre-estatua, quien es testigo de lo que ocurre en la trama.
